Matías Correa Díaz - Valentina Cabrera - Diego Zapata - Constanza Grenett
Luís Villagra - Maite Olivares - Claudia Bustamante
“VINO, ENSÉÑAME EL ARTE DE VER MI PROPIA HISTORIA”
El proyecto plantea revalorizar la arquitectura a través de la historia santacruzana, que se mueve en
torno al vino, el temporero, al huaso de gorro huincano y la bordadora.
La nueva Casa de la Cultura se recorre según el ritmo estacional de la vid, desde el invierno donde la
cepa descansa, hasta el otoño con la esperada vendimia. Este ciclo sucede por medio de largos corredores
torno al vino, el temporero, al huaso de gorro huincano y la bordadora.
La nueva Casa de la Cultura se recorre según el ritmo estacional de la vid, desde el invierno donde la
cepa descansa, hasta el otoño con la esperada vendimia. Este ciclo sucede por medio de largos corredores
que circundan su patio interior, respiro donde se hace vívido el patrimonio que envuelven las altas galerías.
El invierno define la biblioteca patrimonial, espacio de permanencia y tranquilidad. Luego llega la primavera con el primer brote, donde los espacios se transforman en talleres del saber local.
Cuando comienza el verano, el movimiento trae consigo espacios vinculantes, donde el proyecto se abre
progresivamente desde la intimidad del patio interior hacia el exterior, por medio del oficio, invitando
al santacruzano a ser parte de la exposición.
Por último el otoño llega con la vendimia, la alegoría y la fiesta. Conformando un centro de recreación:
el ágora de la vendimia. Un espacio de música y teatro, siendo una extensión del espacio público.
La propuesta trae consigo la memoria, desde el recorrido del parrón, pasando por los murales de tierra
cruda, hasta sus muros añosos de adobe que se dejan ver a quien los visita. Usando la arquitectura como
medio tangible al recuerdo, este centro acoge y rememora la comunidad consolidándose como un hito dentro
de Santa Cruz.
progresivamente desde la intimidad del patio interior hacia el exterior, por medio del oficio, invitando
al santacruzano a ser parte de la exposición.
Por último el otoño llega con la vendimia, la alegoría y la fiesta. Conformando un centro de recreación:
el ágora de la vendimia. Un espacio de música y teatro, siendo una extensión del espacio público.
La propuesta trae consigo la memoria, desde el recorrido del parrón, pasando por los murales de tierra
cruda, hasta sus muros añosos de adobe que se dejan ver a quien los visita. Usando la arquitectura como
medio tangible al recuerdo, este centro acoge y rememora la comunidad consolidándose como un hito dentro
de Santa Cruz.
